Historia

Agrimac es la división de maquinaria de la empresa Agria Hispania. Ésta se fundó en 1958 mediante una unión entre empresarios vascos y Agria Werke GmbH. A partir de ese momento Agria Hispania comienzó a importar maquinaria alemana que distribuía en España con gran aceptación del sector agrícola en lo que era el inicio de la mecanización del campo español. Como respuesta a la gran demanda, pocos años después, se comenzó a ensamblar motoazadas y motocultores en la planta de Amorebieta (Vizcaya).

La fábrica fue creciendo en líneas de montaje, en profesionales, calidad y experiencia en general. Este progreso técnico permitió que en los años setenta Agria se desligara de la matriz alemana para comenzar a fabricar sus propias máquinas; especializándose en tractores articulados además de las motoazadas y motocultores.

En los años setenta se vivió una gran expansión de la economía y una bonanza comercial que facilitó la proyección internacional del mercado español. Así en 1975 Agria creó un departamento de exportaciones enfocado principalmente hacia sudamérica.

Durante los siguientes años la empresa siguió creciendo en volumen de negocio, gama de maquinaria, empleados y líneas de montaje. Siempre enfocada en la maquinaria agrícola. Sin embargo, en el año 1992 Agria fundó una fábrica en Huesca que inauguraba la línea de montaje de maquinaria de construcción. Por primera vez la empresa se aventuraba en un sector ajeno al agrícola. El producto con el que comenzó la comercialización en el sector constructivo fue el dumper.

De nuevo los productos Agrimac tuvieron una gran acogida nacional e internacional por lo que se continuó inaugurando líneas de montaje y lanzando productos nuevos al mercado. En el año 1998 salió de la fábrica de Huesca la primera carretilla elevadora.

En ese inicio de siglo el mercado se volvió cada vez más competitivo. Muchas empresas del sector no pudieron con el tirón. Agria Hispania se mantuvo  como líder del mercado español y acabó siendo el único fabricante nacional de tractores.

Se convirtió así en representante de la tecnología española de maquinaria agrícola de cara al mercado internacional lo que permitió obtener múltiples contratos de suministro por todo el mundo y especialmente en sudamérica.

También en estos años Agria Hispania comenzó una segunda expansión internacional en áreas en las que sólo estaba presente la antigua matriz alemana. Así empieza la distribución de maquinaria agrícola y de construcción en Alemania, Italia, Holanda, Bélgica, Francia, Inglaterra por la parte europea y Nueva Zelanda y Australia en Oceanía donde obtiene un enorme éxito de penetración en el mercado austral.

Hoy en día Agria Hispania continúa ensamblando máquinas en donde empezó, en Amorebieta; manteniendo en las mismas instalaciones los departamentos de diseño industrial, montaje y comercialización; apostando por un negocio que dura sesenta años y que sigue proporcionando máquinas de calidad a clientes de todo el mundo.